El huerto en abril


Han subido las temperaturas y mi pequeño huerto lo ha notado de manera muy positiva. Los rabanitos que sembré hace unas semanas han asaltado la mesa de cultivo:


Como se ve en la fotografía, entre tanto rabanito las pobres plantas de pimiento apenas tienen espacio. Por otro lado, la única escarola que tengo plantada ha crecido también un montón, aunque me temo que está espigándose :( y es que, como os he dicho, hace muchísimo calor.


Por suerte, las otras lechugas que tengo plantadas están creciendo sanas y vigorosas:



¡Incluso las que planté en el palet de madera han crecido un montón!

Las tomateras, por su parte, se han llenado de florecillas amarillas:


¡Y el primer tomate ha empezado a asomar la cabecita!


Pero de lo que llevamos disfrutando desde hace semanas es de las fresas. Parece mentira que una planta tan pequeña pueda regalarnos tantos frutos y tan sabrosos:


¿A que tienen buena pinta? ¡Pues imaginad lo ricas que saben!

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DIY: Jardín vertical


Soy una fanática de las ensaladas. Me en-can-tan, así que en mi huerto no podían faltar unas lechugas. Pero como tampoco es plan colonizar toda la terraza con macetas de lechugas (no es que no sea plan, es que mi chico no me deja… aun) pensé que una buena ¡y bonita! manera de plantar lechugas ocupando muy poquito espacio era fabricar un jardín vertical a partir de un palet de madera.

Para fabricar este tipo de jardín vertical se necesitan muy pocos materiales, y resulta una opción curiosa de decorar una zona del balcón o la terraza. Si os decantáis por hacer uno necesitaréis lo siguiente: un palet de madera, un poco de aceite de girasol, un pincel, malla geotéxtil, grapadora y grapas o chinchetas, sustrato universal y plantel de lechugas (o cualquier otra planta que queráis).

Lo primero era encontrar un palet, así que decidí tomarlo prestado de una obra cercana a mi casa. Era un poco más grande que el hueco en el que tenía pensado ponerlo, así que antes de nada lo corté al tamaño perfecto para mis necesidades, en concreto lo dejé en unos 70x70cm.

Una vez cortado el palet, hay quien decide pulir o lijar la madera. Yo me he saltado este paso, ya que estéticamente me gusta más dejarlo con un look rústico. Lo que sí he hecho y os recomiendo hacer si os animáis a hacer un jardín vertical, es barnizar la madera, ya que va a estar en el exterior y en contacto con el agua de riego o la lluvia. Existen barnices o tintes especiales para madera que va a estar en contacto con alimentos (como aquellos que se usan para tratar las tablas de cortar de cocina) pero yo he optado por un remedio un poco más casero, el aceite de girasol:

¿Por qué he tratado la madera con aceite de girasol y no con barniz de exterior? La respuesta a esta pregunta es bien sencilla: en contacto con la madera está la tierra que contendrá mis lechugas y no quiero arriesgarme a que se filtre ningún elemento tóxico.


En cuanto está todo el palet barnizado (todo eh, huequecitos incluidos) hay que dejarlo secar al sol. Para aprovechar el tiempo yo lo hice a primera hora de la mañana, así por la tarde me pude volver a poner manos a la obra para acabar el jardín vertical.


Cuando el palet está completamente seco es el momento de utilizar la malla geotéxtil. Con la ayuda de las grapas o las chinchetas (yo usé ambas porque a media tarea se me estropeó la grapadora) hay que ir fijando la tela a la parte trasera del palet, creando así un hueco por el que meter el sustrato.






Es una tarea sencilla, solo hay que cubrir la parte trasera, los laterales y la parte de abajo del palet con la tela, poniendo especial esmero en el remate de las esquinas. De esta manera, se consigue convertir el palet en un contenedor para el sustrato. Contra más grande sea el palet, más capas de malla geotéxtil habrá que poner, ya que más cantidad de tierra tendrá que sujetar. En mi caso, me decanté por dar tres capas, gastando poco menos de tres metros.


Y ahora llega el momento más divertido: ¡hay que rellenar el palet! Para hacerlo, os recomiendo que lo pongáis horizontal sobre una mesa, al menos, así lo he hecho yo. Es muy sencillo, con la ayuda de una pala hay que rellenar el palet por completo. En mi caso, me he decantado por una mezcla de sustrato universal y hummus de lombriz. A ojo de buen cubero calculo haber gastado unos 50 litros, pero claro, la cantidad de sustrato que debáis usar depende del tamaño de palet que hayáis elegido.




En cuanto tengáis el palet lleno de tierra llega el momento de plantar. Como os comentaba al principio, yo he decidido poner lechugas, en concreto he usado las variedades maravilla y hoja de roble para jugar un poco con sus colores verdes y morados. En cada hueco he colocado dos, y en cuanto han estado todas plantadas, he regado abundantemente.


Para que las plantas se asienten y enraícen bien y para no correr el riesgo de que se desmorone todo nuestro trabajo, es recomendable dejar el palet en posición horizontal durante unos diez días. Una vez pasado este tiempo ya se puede colocar en su ubicación definitiva. ¡Me muero de ganas de que pasen estos diez días para poder disfrutar de mi jardín vertical en su lugar definitivo!

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